MUSEO ANTROPOLÓGICO DE JOSÉ ESCRIBANO
Una de las joyas artísticas de Ólvega es una colección antropológica que para sí quisieran grandes museos, el Museo Antropológico de José Escribano Calvo. Más conocido como “José, el zapatero”, evolucionó del aire de la zapatería al arte de la construcción de miniaturas.
Uno se queda boquiabierto cuando observa la muestra de más de 7.000 piezas. Buena parte de sus trabajos son representaciones al mínimo detalle de oficios tradicionales. Con materiales sencillos, muy pegados a la tierra, como la madera, el barro o los metales, José Escribano fue dando forma a lo largo de los años a muchos recuerdos de infancia y de juventud.
Su amor por la tierra, por sus cosas, queda patente en los cuidadosos trabajos que realizó: útiles de labranza, de los antiguos curtidores, toneleros, carboneros, hojalateros, queseros o tejeros, por decir sólo alguno de los más de 37 oficios que tiene representados en su museo.
La colección se completa con magníficos trabajos en piedra y otros materiales que representan edificios emblemáticos y de gran contenido artístico e histórico de Ólvega, y de otros lugares de la provincia. Destacan ermitas de Ólvega como la de Los Mártires, San Bartolomé o San Marcos, los antiguos molinos de agua del Valle de Araviana (tan ligados a la infancia de José) o monumentos como el Arco Romano de Medinaceli o la Puerta Califal de Ágreda.
Las obras de José Escribano incluyen ejemplos de viejos utensilios rescatados de la memoria de nuestro pueblo, una interesante colección de instrumentos de tortura, o sencillas piezas que alcanzan figuras caprichosas a las que sólo la naturaleza ha sido capaz de dar forma.